jueves, 28 de enero de 2010

LOS ÁRBOLES ALARGAN LLUVIA POR TU AUSENCIA

Se posaban suavecito
los pájaros

en los guayabos

y se abría el horizonte en dos

por tu silueta.

Se escuchaban caminitos en las huellas,

y ese olor de caramelo

en tu boca se alargaba.

Cuenta la Seño que te fuiste

cansado de esperar

todas las tardes

a que las amapolas

abrieran sus capullos.

No sabías que hay cadáveres que trinan,

frutos amargos que se caen y renacen,

amapolas

que marchitan sus pétalos

adentro.

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